Sin lugar a duda la litiasis renal (cálculos renales) es una de las patologías que más desafíos nos brinda en nuestra práctica urológica diaria. Se estima que el 2-3% de la poblaron mundial sufre de cálculos renales aunque mi impresión (sin trabajos que lo fundamenten), en nuestro país y sobre todo en nuestra provincia este porcentaje es mayor. Un hombre tiene un 12% de probabilidades de sufrir un cólico renal. Tiene un pico de incidencia entre los 20 y 40 años y es 3 veces más frecuente en el hombre que en la mujer.

Cuando hablamos de cáncer de próstata estamos acostumbrados a poner todo en una misma caja y no es asi. Los canceres de próstata son diferentes. Los hay de bajo grado, intermedios y avanzados.También hay canceres de próstata que son hormonoresistentes, es decir, no responden a un tratamiento hormonal especifico. Las diferencias están marcadas desde los genes que se afectan, hasta la gravedad del pronóstico y el tipo de tratamiento, la hormonosensibilidad,ya que sabemos que los tumores de la próstata pueden ser hormonosensibles (85%) u hormonoresistentes (15%) y todos ellos se comportan clínicamente de forma diferente.

La edad interviene poco en este análisis, no asi otros aspectos fundamentales como el valor del PSA (antígeno prostático especifico), que mientras mas alto es de peor pronóstico y nos indica un cáncer, seguramente, más agresivo o avanzado.

Otro de los aspectos importante es la anatomía patológica, el llamado Score de Gleason, que a más alto es más demostrativo de un tumor más agresivo.

El Dr. Donald Gleason fue un patólogo que describió la desorganización de la estructura glandular de la próstata como uno de los factores que demuestran la agresividad tumoral. Los de bajo grado se pueden desde observar y controlar ,tratarse con aspectos nutricionales y suplementos dietarios, hasta un tratamiento mas agresivo, radiante o quirúrgico.

Nuestra experiencia en estos aspectos es muy vasta. Los de grado intermedio requieren una terapéutica mas agresiva que va desde lo quirúrgico abierto o laparoscópico o robótica y radioterapia. Los más avanzados se tratan hormonalmente o bien con quimioterapia, dependiendo de la existencia o no de enfermedad a distancia y sensibilidad hormonal.

Así como todos los sistemas y órganos del cuerpo, la glándula prostática puede sufrir de diferentes enfermedades tanto benignas como malignas. Dentro de las enfermedades benignas, la más frecuente hoy en día es la hiperplasia prostática benigna o Adenoma de próstata, también conocida como “agrandamiento benigno de la próstata”.

Dicha enfermedad se encuentra vinculada con la edad, siendo mas frecuente en hombres a medida que aumentan su edad. Se caracteriza por un agrandamiento prostático de causas múltiples que obstruye la salida de la orina; por lo tanto, la vejiga necesita hacer mas fuerza para poder orinar hasta que se agota ya que es un musculo.

Éste es el momento que se llega tarde. La consulta debe ser temprana cuando presente alguno de los siguientes síntomas: – Chorro débil o sin fuerza – Levantarse mas de una vez a la noche a orinar (Nocturia) – Urgencia para orinar (Urgencia miccional) – Sensación de vaciado incompleto de la vejiga. Existen tratamientos médicos y quirúrgicos, este último, según el tamaño prostático, puede ser mínimamente invasivo (sin heridas) o cirugía abierta.

Para tener conocimiento de las enfermedades de la próstata, hay que conocer para qué sirve, donde está, qué funciones cumple esta glándula que desde los orígenes de la humanidad ha sido uno de los principales dilemas.

La próstata es una glándula de unos 15 a 20 gramos que va aumentando de tamaño con el tiempo, para comenzar un crecimiento mayor, un verdadero empuje, a partir de los 50 años de edad. Está ubicada por debajo de la vejiga y forma parte de la uretra o conducto que lleva la orina desde la vejiga al exterior.

Tiene función de glándula, es decir produce substancias como el antigeno prostático específico que licua el semen y es un marcador de “inquietud prostática”, vale decir que nos avisa que hay algun inconveniente en ella, tanto en su estructura como en su función. También le aporta substancia al espermatozoide, para mejorarlo como la fosfatasa acida, zinc y otros elementos como defensas para las infecciones urinarias.

El 10,6% de los hombres entre 40 y 49 años tienen síntomas de crecimiento prostático moderados a severos, mientras a mayor edad,70-79 años estos alcanzan al 40,4%. El crecimiento de la glándula, que es progresivo, afecta al 50% de los varones de 50 años y al 80% de los de 80 años de edad. Hoy, con el avance en el conocimiento de las funciones, como tambien de las consecuencias de su crecimiento y de las modificaciones estructurales,los tratamientos son muy variables. Estos van de la observacion clinica con vigilancia estricta, medicamentos que achican la glandula, o que actuan en los sintomas.

Además, frente al fracaso de los mismos o porque la próstata produjo la imposibilidad de orinar, o infecciones de la orina u orinar con sangre, el tratamiento quirúrgico que va desde la cirugia por la uretra hasta el abordaje abierto han resuelto la problemática de esta enfermedad. Vale decir, disponemos de métdos de diagnóstico y terapéuticos que permiten su control efectivo.

Dr. Daniel Lopez Laur
Director Clínica Andina Urología